Acerca de
Jadeante, asustado, la esclusa de aire del refugio se viene abajo tras de ti. Desearías no tener que salir al exterior, pero no te queda otra. Sería más fácil darse por vencido. Pero no lo vas a hacer. La adversidad, el hambre, la sed. El miedo. Sigues recordándote a ti mismo por qué sigues con vida. Por qué haces esto. Y entonces lo escuchas. "Papi, has vuelto". La cara de tu mujer se ilumina y abres una bolsa llena de suministros médicos. No tienes que decirle cómo los has consegui...
Leer más