Acerca de
Despierta, hínchate y elévate, Viento. Es hora de que me traigas a las Pupilas dispersas por el mundo y de que las guíes. No te preocupes, te reconocerán tan pronto sientan tu aliento en la cara y vean sus ponchos de lana agitándose; lo harán porque te están esperando. Acaríciales los pies, méceles el cuerpo, levanta su espíritu e insúflales esperanza y perseverancia.
No escatimes en las ráfagas que les harán darse cuenta de que el camino es largo y debe continuar, siempre, hasta ...
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