Las primeras horas del juego me impresionaron. Aún reconociendo ciertos aspectos mejorables como las animaciones, o alguna que otra escena carente de emotividad, el inicio fue prometedor y los primeros planetas a explorar llamaban bastante la atención, así como el renovado sistema de combate. Pero poco a poco esa sensación se va desvaneciendo. Las animaciones, sobre todo las faciales, desentonan con rotundidad en ciertas escenas que se suponen dramáticas. Las misiones empiezan a pecar de incluir tareas repetitivas en entornos absolutamente vacíos, clónicos y sin personalidad. El sistema de combate se queda corto, por la imposibilidad de manejar habilidades de compañeros y equipar más de tres en las tuyas propias. Y la historia se difumina, carente de toda personalidad y de la epicidad que se presupone debe tener una epopeya galáctica en busca de una vida mejor en una galaxia desconocida. Tampoco los personajes ayudan a crear esa atmósfera que sí que se consiguió en la trilogía original. Los continuos y molestos chascarrillos de el/la protagonista en ciertos momentos importantes hacen el resto. Aunque gráficamente cumple, y vemos algunos entornos bellos, por lo general el apartado técnico está por debajo de lo esperado, con texturas de calidad irregular, popping, clipping, tiempos de carga excesivos mientras viajas entre planetas y las tan comentadas animaciones, sobre todo las faciales, llegando a sacarte de contexto y dando la sensación de estar ante un producto inacabado. Se salva la optimización: teniendo un buen equipo puedes disfrutar de un rendimiento más que aceptable con buenas tasas de fps.
En definitiva, un juego que tristemente no ha estado a la altura de lo esperado quedando muy por debajo de la calidad que atesora la trilogía original de Mass Effect. Esperemos que Bioware sepa y pueda reconducir la saga.

Reconozco que era reticente a probar DOOM. Vieja escuela que en su día sólo puede mirar mientras mis amigos jugaban porque me veía incapaz de jugar a un juego tan rápido y causante de tantos mareos. Pero lo vi a buen precio y con tan buenas críticas y excelente feedback que me animé a por él. Y no puedo estar más contento con la decisión. Es en mi opinión el mejor shooter que he probado jamás. E incluyo también los third person shooter. Y el concepto que expone es simple. Matar y matar oleadas de demonios en distintos y grandes escenarios perfectamente detallados ambientados en Marte y el infierno y que mezclan con acierto plataformas, exploración, búsqueda de secretos y mejoras....y todo fuera de la linealidad a la que nos tienen acostumbrados hoy día este tipo de juegos.
Los combates son arenas dónde decenas de demonios te atacan sin cesar desde todos los ángulos posibles mientras suenan las guitarras heavy metal de una banda sonora excepcional. No hay un segundo de respiro, si te paras estás muerto. Verticalidad, movimiento, habilidad, precisión, saber elegir el arma (muchas y muy diferentes entre sí) y su mejora apropiada para según que demonio, mejoras de armadura y habilidades, botiquines para sobrevivir. Todo está medido al milímetro para ofrecer una experiencia sólida, vibrante y extremadamente divertida. Da igual lo que te estén contando de fondo, la historia pasa desapercibida y es totalmente prescindible. iD software lo ha hecho así, para que nos centremos en lo realmente importante y nos dejemos de las cinemáticas y del espectáculo palomitero que ya ofrecen otros productos del mercado. Y todo ello con una duración claramente por encima de la media en este tipo de juegos.
Y no nos podemos olvidar del apartado técnico, unos de los más sobresalientes de estos últimos años, con unos gráficos repletos de efectos por pantalla, iluminación sublime, enemigos perfectamente animados y sobre todo una solidez y rendimiento extraordinarios. Ejemplo a seguir este motor iD tech 6 para el resto de compañías. Sin olvidarnos del sonido que envuelve todo, destacando las armas que suenan con una contundencia bestial, al igual que los gritos y rugidos de los demonios.
Como puntos negativos, nos encontramos con un multijugador bastante sencillo y genérico dónde el nivel técnico decae varios puntos y que no ofrece ni aporta nada al género. Por otro lado el modo Snapmap dispone de una inmesa cantidad y variedad de mapas y modos para poder jugar, pero es difícil encontrar alguno que merezca realmente la pena.
Aún así, DOOM es un juego para disfrutar de su campaña. DOOM es un juego que hay que jugar, una obra de arte de los videojuegos de acción y un ejemplo y referencia para el resto.

Para valorar a Overwatch hay que entender perfectamente cual es su concepto de juego, y éste no es otro que el de un FPS online con tintes de MOBA. No busca ir más allá, ni tampoco lo necesita. Ni necesita campaña, ni historia, ni modos singleplayer, le basta y le sobra con el carisma de sus personajes y el lore que envuelve todo el juego. Porque su filosofía está clara, no engaña a nadie. Formar un equipo de 6 personajes con otros jugadores, amigos o no, para jugar y/o competir contra otros 6 online. Y en eso es inigualable. Accesible, profundo y tremendamente divertido. Y además variado, ya que sus 12 mapas ofrecen distintos tipos de modos de juego, todos ellos bien realizados y divertidos.
En lo que respecta a los 23 personajes cada uno de ellos es un mundo y todos tienen un papel importante durante la partida, con habilidades con sentido, muy útiles y diferenciadas, lo que hace que cada nueva partida sea distinta a la anterior. Con modo competitivo incluido, pensando en los e-sports, y ahora con el modo Arcade que añade partidas más variadas como enfrentamientos 1 vs 1, 3 vs 3 o un popurrí de trifulcas. Sin olvidar las partidas personalizadas, a gusto del consumidor.
Técnicamente cumple, destacando por encima de todo un diseño artístico soberbio y un doblaje al castellano de primer nivel. También destaca la gran optimización marca de la casa.
En resumen, si sumamos todas sus virtudes, y sin mencionar siquiera el fenómeno social que ha causado, nos encontramos sin ningún tipo de dudas con uno de los juegos del año.

Belleza es la palabra que mejor define a Rise of the Tomb Raider. En las más de 20 horas que dura su campaña encontrarás variados parajes a cada cual más impresionante, con un tratamiento de iluminación y texturizado por encima de la media y un rendimiento sobresaliente, salvo alguna bajadas de frames en determinadas zonas. Por no hablar de la increíble representación gráfica de Lara Croft, en mi opinión el personaje más real y fidedigno jamás realizado en un videojuego.
Jugablemente supera a su predecesor presentando unos escenarios más amplios, con más posibilidades de exploración y búsqueda de tesoros. Además de contar con misiones secundarias y unos puzles bastante ingeniosos y bien planteados. La personalización del personaje, principalmente en lo que respecta a habilidades y armas, también da muchas posibilidades al título y el gunplay deja buenas sensaciones aunque los enfrentamientos son demasiado fáciles y se echa en falta algún jefe final. La historia por su parte, sin ser mala, pasa bastante desapercibida a lo largo de toda la aventura con un guión mejorable y unos personajes secundarios bastante planos, sólo destacando la buena interpretación del personaje de Lara. En resumen, un juego de acción y aventuras excelente.

La campaña es espectacular, con momentos muy buenos y una duración bastante aceptable, aunque la historia no llega a entusiasmar. Técnicamente, sin ser puntero, cumple de sobra gracias sobre todo a un diseño de niveles soberbio. La optimización también es brillante y la sensación que transmiten las armas al disparar, tanto de titanes como de pilotos, es soberbia.
El multijugador es otra historia. Está bien, es divertido pero muy exigente. Los mapas son bastante repetitivos y da la sensación de tener que echar muchas horas para tener buen armamento y habilidades para poder competir contra otros usuarios. Los titanes por su parte, son demasiado débiles y no marcan la diferencia tanto como cabría esperar.